El estrés, no solo es el causante de nuestro estado anímico,también afecta a nuestro corazón
Dra. Elsa Martí Barceló , Médico de Familia de Consulta Médica Torrelodones nos habla del síndrome corazón roto….
La miocardiopatía de Tako-Tsubo o síndrome de corazón roto es una enfermedad de la que aún conocemos pocos datos. Fue descrita por primera vez en los años 90, en Japón, y se le llama así porque debido a este tipo de miocardiopatía, el corazón suele deformarse de un modo muy similar a las vasijas que los pescadores nipones utilizan para cazar pulpos.
Se puede afirmar, con la información que obra en nuestro poder, de la existencia de una vinculación entre vivencias estresantes o contratiempos emocionales, como los que provoca el sentir miedo o padecer dolor, y el síndrome de corazón roto. Por eso es importante por parte de los facultativos, médicos de familia, investigar si nuestros pacientes, son personas habituadas a tener muchas responsabilidades y a pasar etapas de gran estrés y ansiedad.
Los síntomas del síndrome del corazón roto, a menudo, son muy similares a un ataque al corazón. Los pacientes llegan a nuestras consultas con síntomas como dolor en pecho y dificultad para respirar. Exploraciones complementarias como un electrocardiograma o una ecografía de corazón así como análisis de sangre con elevación de enzimas cardiacos pueden hacer confundir nuestro diagnóstico. Estudios posteriores detectan que el daño producido en el corazón no es irreversible, es producido por una elevación de catecolaminas y noradrenalina que pueden dañar de forma temporal nuestro corazón, y que no deja secuelas pues no afecta a las arterias coronarias como un infarto sino al músculo cardíaco
Se estima que entre un 1 y un 2% de los sujetos diagnosticados de un ataque cardíaco sufren en realidad este síndrome.
Es curioso destacar el antojo de este síndrome por determinadas épocas del año como son la primavera y el otoño frente al ataque de corazón que suelen ocurrir más en época invernal.
Aunque cualquier persona puede ser candidato a desarrollar este síndrome, parece existir una mayor prevalencia en mujeres de mediana edad, posmenopáusica, y sanas sin factores de riesgo CV (no fumadora con colesterol, tensión y azúcar normales) pero que sin embargo están sometidas a gran estrés psíquico o físico.
El estrés psicológico más frecuentemente asociado a este cuadro son la muerte de un familiar, el diagnóstico de una enfermedad grave, los problemas económicos o los conflictos de pareja (separaciones, divorcios).
El estrés físico incluye enfermedades agudas como el ictus, los ataques de asma y tratamientos como las cirugías o la quimioterapia.
El Dr.Valentín Fuster, cardiólogo catalán, director del Instituto Cardiovascular de la Escuela de Medicina Mount Sinaí de Nueva York y presidente de la Federación Mundial del Corazón, asegura que él también ha visto casos del síndrome del corazón roto y que a pesar de que son infrecuentes son una realidad.
Por suerte, hemos de decir que los pacientes aquejados por este síndrome se recuperan en el plazo de unos días de forma completa y que no suelen presentar ningún tipo de secuela si se realiza un diagnostico precoz y correcto.
La clave para un diagnóstico correcto está en considerar y preguntar a nuestro paciente, si ha estado sometido a un fuerte y repentino estrés, así como valorar la presencia o ausencia de factores de riesgo cardiovascular como tabaquismo, hipertensión arterial, hiperlipemia y diabetes.
Se puede afirmar que el curso de la enfermedad suele ser benigno, con una recuperación rápida y completa en la mayoría de los pacientes. Y que una vez producida esta recuperación completa no es necesario tomar ningún tratamiento farmacológico y en el caso de que fuese necesario, los fármacos de elección son los betabloqueantes.
Sí es necesario concienciar en nuestros pacientes la importancia de gestionar nuestras emociones como forma de prevención de este síndrome.